La rotura fibrilar es una de las lesiones más comunes, sobretodo en el mundo del deporte por la explosividad de los movimientos.
La forma más habitual cuando no existe un traumatismo directo es por un exceso de estiramiento en las fibras en el momento de la contracción muscular, es decir, en la contracción excéntrica.
Ante el exceso de tensión que sufren las fibras en este tipo de lesiones, podemos encontrar varios niveles:
-Grado I: no existe rotura muscular pero puede ser la antesala y se considera una distensión. Como respuesta para evitar la rotura, el reflejo miotático produce una fuerte respuesta de contracción, la cual produce la aparición de bandas tensas y puntos gatillo miofasciales (PGM)
-Grado II: en este nivel se produce una rotura parcial de fibras, la cual produce un sangrado y posterior hematoma. Existe una impotencia funcional de la zona afectada y una alteración de la movilidad.
-Grado III: en este caso la rotura muscular es total, la inflamación que se produce es mayor así como la impotencia funcional que provoca. En casos de roturas musculares muy aparatosas sería necesario la cirugía para que el músculo sea capaz de recuperarse.
Diatermia en las Roturas Fibrilares.
Este tipo de terapia produce un aumento de temperatura en el tejido diana, acelerando la regeneración tisular y acortando los plazos de recuperación.
El uso de la diatermia se puede aplicar desde prácticamente el inicio de la lesión, aunque conviene dejar 3 días en los cuales está indicado medidas de contención en la zona de rotura, hielo y reposo.
Ante el exceso de tensión que sufren las fibras en este tipo de lesiones, podemos encontrar varios niveles:
-Grado I: no existe rotura muscular pero puede ser la antesala y se considera una distensión. Como respuesta para evitar la rotura, el reflejo miotático produce una fuerte respuesta de contracción, la cual produce la aparición de bandas tensas y puntos gatillo miofasciales (PGM)
-Grado II: en este nivel se produce una rotura parcial de fibras, la cual produce un sangrado y posterior hematoma. Existe una impotencia funcional de la zona afectada y una alteración de la movilidad.
-Grado III: en este caso la rotura muscular es total, la inflamación que se produce es mayor así como la impotencia funcional que provoca. En casos de roturas musculares muy aparatosas sería necesario la cirugía para que el músculo sea capaz de recuperarse.